Se suele decir que el éxito es un estado mental y que, por tanto, no podemos triunfar si nos nos sentimos como triunfadores. Es importante identificar nuestros miedos para saber gestionarlos y que no nos impidan lograr nuestros objetivos. A continuación repasamos los principales miedos a la hora de emprender, y cómo superarlos.
Temor a fracasar
Sin duda el más común de cualquier empresario. Ya hemos comentado en anteriores entradas las principales causas de muerte de las empresas, siendo esto especialmente común en los inicios. Por tanto, es lógico estar algo asustado. En estos casos sirve de ayudar recordar las cosas que nos han salido bien en el pasado, y analizarlas para replicar ese éxito en el futuro. Es importante apelar a la tranquilidad y ser valiente.
Reunirse por primera vez con inversionistas potenciales
En caso de necesitar una inyección de efectivo para llevar nuestro negocio al siguiente nivel, este será un punto decisivo en nuestro emprendimiento. El miedo se vuelve más real si la cuestión depende completamente de los fondos del potencial inversor. Es importante centrarnos en causar una buena primera impresión y parecer una persona que sabe lo que está haciendo, no simplemente alguien que está probando suerte.
Presentar un buen plan de negocio y conocer al dedillo los beneficios y posibles riesgos de nuestro producto serán factores cruciales a la hora de tener éxito en este tipo de situaciones. Sin embargo, si no es posible llegar a un acuerdo, debemos aprender de la situación y no rendirnos: es importante recordar que hay historias de emprendedores a los cuales les han dicho que no decenas, e incluso cientos de veces. La clave está en persistir.
Lanzar el producto
Esta etapa es todo menos sencilla. Es importante que nuestra estrategia de lanzamiento sea lo suficientemente buena como para atraer a la audiencia adecuada. Contar con alguien que pueda organizar un evento atractivo puede ser muy útil, pero si no podemos dedicarle un presupuesto a eso, podemos tomar ideas asistiendo a eventos de lanzamiento de producto durante una temporada. Sobra decir que un producto sin una publicidad creativa no es nada, pues es es lo que el potencial cliente verá antes de decidir si consumirlo o no.
Contratar a nuestro primer empleado
Dependiendo de la labor que desempeñen, los primeros empleados pueden construir o destruir nuestro negocio. Debemos tener muy en cuenta su historial y experiencia en negocios similares. Es importante que analicemos numerosos aspectos, no sólo los profesionales: si introducimos personas egoístas o maliciosas en el equipo, a la larga puede ser anti producente. Sin embargo, no debemos tener miedo a equivocarnos: si la persona no resulta ser lo que pensábamos, no pasa nada. El tiempo y la experiencia nos harán ir desarrollando una mejor intuición. De igual modo, siempre podemos externalizar esta labor a través de empresas expertas en reclutamiento, labor que nosotros desempeñamos. Puedes solicitar más información escribiendo a empresas@intalentia.com
La primera junta directiva
Llegar aquí quiere decir que hemos recorrido una buena parte del camino. Es necesario tenerlas de forma frecuente para controlar el progreso de forma constante, especialmente si tenemos inversionistas externos: éstos podrán estar satisfechos con los avances o retirar su participación en el caso de que los números no les convenzan. No obstante, no debemos confundirnos: los miembros de una junta no son nuestros enemigos, ya que quieren que tengamos éxito ya que eso significará que ellos también lo tendrán.
Es importante hablar de lo que está funcionando de lo que no, y de lo que estamos dispuestos a hacer de manera diferente para reencauzar una situación hacia el éxito. Debemos contar también con que los inversores nos plantearán dudas, así que debemos estar preparados para responderlas.
Como hemos visto, muchos de estos miedos a la hora de emprender dependen de nuestra actitud, y de cómo vamos aprendiendo de nuestros errores y superando nuestros miedos. Si nos preparamos mentalmente para ello y aceptamos las dificultades como una oportunidad para desarrollarnos, iremos mejorando y logrando metas cada vez más altas.