Hoy, en Intalentia es un día triste, y os voy a contar el por qué.
En el verano del 2013, emprendimos esta empresa varias personas con la ilusión que todo proyecto y todo reto conlleva.
Empezamos trabajando, en McDonald’s de Moncloa, luego en el salón de mi casa, y ahí estábamos, pasando un calor infernal, buscando profesionales que nos elaborarán los cursos para ampliar vuestra formación, buscando empresas dónde pudieseis realizar vuestras prácticas.
Cada vez que conseguíamos una empresa u os colocábamos a uno de vosotros en una, era como una gran fiesta para nosotras, a día de hoy ya llevamos 350.
Hemos y estamos trabajando duro, al principio no sabíamos si algún día recibiríamos de Intalentia una pequeña remuneración pero no nos importaba, teníamos la ilusión de sacar adelante nuestro proyecto, y ahí las cuatro día a día, sin vacaciones, luchando por conseguiros unas prácticas para que vayáis ampliando vuestra experiencia y por qué no, conseguiros un futuro profesional.
Hoy, Pilar, la persona que durante este tiempo ha estado llevando todo el tema de Administración vuelve a su ciudad, Oviedo, por motivos familiares debe regresar a su casa, y aquí nos quedamos las tres, la vamos a echar mucho de menos, aquí estaremos recordando nuestras risas, recordando las anécdotas que hemos vivido juntas. Recordando como cuando una de nosotras decía una tontería, y me vienen muchas a la cabeza, saltábamos al unísono las cuatro con un ataque de risa.
Son muchas las cosas que vamos a echar de menos de ella todos los días, como por ejemplo, cuando Pilar a las 12h empieza a decir que tiene hambre (hasta las 14h no comemos), y se pone hablar de esos impresionantes platos Asturianos o del último sitio donde fue a cenar y comió tal plato….. mientras las demás, empezamos a babear y a poner en marcha nuestros jugos gástricos, y acabamos todas muertas de hambre y deseando a las 14h sacar nuestro tupper, y ver que comida hemos traído cada una para envidia de las demás.
Pilar, que sepas que siempre serás miembro de Intalentia, y que tu silla (bueno la tuya no, porque te la pienso mangar cuando te vayas ya que la mía está rota) te estará esperando por si algún día regresas.
Desde Intalentia te deseamos lo mejor y que todo te vaya como tú te mereces.
Hasta la próxima