Hace ya dos días que finalizó la Navidad, esa época, en la que todos decimos que nos queremos, que estamos encantados de las reuniones familiares…, aunque la realidad deja mucho que desear. Quién no se ha enfadado en Navidad, quién no ha tenido alguna discusión o mala cara con algún hermano, hijo…, quién no ha sufrido el pensar “qué cuernos le regalo a éste que él me regaló una porquería el año pasado”…. Podría estar diciendo infinidad de cosas, que cómo no me gusta ser hipócrita diré que a mí me ha pasado, sobre todo desde que tengo hijos (y no por mis hijos). Pero eso sí, os diré que me encanta la Navidad, sigo escribiendo tarjetas de Navidad, sigo cantando villancicos (eso sí los de toda la vida que son los que me sé), sigo yendo a la Cabalgata de Reyes….
Una vez pasada estas celebraciones, llega nuestros propósitos de todos los años:
- Voy a ponerme a régimen
- Voy a dejar de fumar
- Voy a ser más buena con mi familia
- Voy a estudiar más este año
- Voy a ir al gimnasio…
Podría estar enumerando muchos propósitos y si me acordase el día 31 de diciembre, cuando finaliza el año de apuntar los que he cumplido os diría que ninguno.
Por ejemplo, voy a empezar el régimen, eso lo digo todos los años y me dura 2 días, me dura dos días porque en cuanto termino el roscón y me siento tremendamente llena decido empezar el régimen hasta la primera cena o comida con gente que tenga. Por lo que si mi propósito era empezar el régimen el día 7, hoy día 8 ya lo he terminado porque tengo cena con amigos, para celebrar que ya han terminado las Navidades, siempre nos inventamos algo para reunirnos.
Voy a ir al gimnasio, ya hoy día 8 me doy cuenta que de donde voy a sacar tiempo para ir, así que lo dejo para el año que viene.
Y así podría seguir diciendo, 20.000 propósitos que no se cumplen.
Que paséis todo un buen fin de semana y FELIZ 2016