La sostenibilidad se ha convertido en una prioridad global, un reciente estudio ha revelado que el 64% de los trabajadores considera que sus empresas deberían hacer más para fomentar prácticas sostenibles.
Esta preocupación se extiende más allá de simples medidas corporativas: un 52% de los encuestados afirma que es crucial que sus organizaciones incrementen las competencias relacionadas con el medioambiente.
Lo alarmante es que solo un 5% de las empresas encuestadas creen estar correctamente equipadas para afrontar estos desafíos. Esto pone de manifiesto una brecha significativa entre las expectativas de los trabajadores y la realidad empresarial actual.
Este estudio cobra especial relevancia en un contexto donde la Coalición Net-Zero se ha propuesto alcanzar cero emisiones de carbono para 2050, y la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible sigue siendo una guía esencial para la acción global. La Unión Europea, consciente de la urgencia, está lanzando nuevas iniciativas para alinear sus políticas con los objetivos climáticos acordados por el Consejo y el Parlamento Europeo.
En este sentido, la implantación de competencias ecológicas y la promoción de una cultura sostenible en las empresas son más importantes que nunca. Las empresas que se adelanten en este aspecto no solo contribuirán al bienestar del planeta, sino que también se posicionarán de manera favorable en el mercado laboral. No es de extrañar que el 87% de los trabajadores valore el compromiso ecológico de una empresa al considerar unirse a ella.
La transición hacia prácticas empresariales responsables no solo es una demanda del mercado laboral, sino una necesidad imperante para asegurar un planeta habitable para las generaciones futuras.
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