En España, la mortalidad empresarial es más alta de lo que podemos llegar a imaginar, en concreto solo el 50,6% de las empresas de nueva creación sobreviven tres años después de su creación, estando por debajo de Portugal, Francia, Alemania e Italia.
El 9,2 de las empresas con asalariados acaba cerrando cada año.
En torno a un 20% de las empresas que constituyen España no sobreviven ni si quiera el primer año, mientras que aquellas que si lo superan, solo un 45% consiguen seguir funcionando a los cinco años de su nacimiento.
España se sitúa en el sexto país de la Unión Europea con menor tasa de supervivencia de sus empresas. En concreto, en nuestro país, de cada 100 empresas que se han creado años atrás, solo quedan activas 45 en el pasado 2021. Y tras superar el primer año de actividad, 22 empresas tuvieron que cerrar.
Si hablamos de diferenciar estas empresas por sectores, nos encontramos que las compañías de seguros y fondos de pensiones son las que mayor tasa de supervivencia tienen, hablamos de un 82,5% en 5 años de actividad.
También mencionar a las empresas de suministros de energía, gas y aires acondicionados, con un 80% en 5 años de actividad y muy seguido tenemos a la industria del tabaco con un 75% de actividad.
Presentan una buena esperanza de vida las empresas que ofrecen servicios financieros, actividades jurídicas y de contabilidad.
Por el contrario de lo mencionado, las empresas que actualmente presentan mayor fracaso serían las dedicadas al cuero y calzado, ya que solo un 29% sobrevive, empresas de transporte marítimo, confección de prendas y espectáculos.
En cuanto a rapidez en decaer hablamos de las empresas de ingeniería civil, ya que un 30,2% no pasan de los primeros doce meses.
La esperanza de vida de las empresas ha empeorado tras la pandemia, mismamente ponemos el ejemplo de la tasa de supervivencia que teníamos, ya que tras la pandemia ha caído 5 puntos para las compañías que ya tienen 5 años, 4 puntos para las que tienen 4 años, 3 para las que tienen 6 años y 2 puntos para las que tienen siete y ocho años.
Se está advirtiendo que, en los próximos meses, el mercado laboral va a estar muy condicionado por las dificultades que todas las empresas están atravesando como consecuencia de los suministros de energía y la subida de precios actual.
Todas estas dificultades afectan directamente a la supervivencia empresarial y se está advirtiendo el deterioro que se está sufriendo en las empresas que han tenido que atravesar la pandemia con una antigüedad entre 4 y 8 años, ya que estas han tenido mayores dificultades que las que acababan de nacer en los años anteriores.
La patronal de pequeñas y medianas empresas alertaba hace unos días que las empresas, especialmente las pymes, que tienen menor capacidad para trasladar estos incrementos de costes, son las primeras que están sufriendo la perdida de rentabilidad y lo peor es que, no existe medidas para una recuperación a medio plazo.